Mis primeros días

Lunes, mi primer día en la escuela de música, los nervios recorren mi cuerpo entero y sin poder hablar. Entré con Juan y el presentó ya que yo no podía hablar de la vergüenza que  tenía.
Robert, el profesor que tenía me dijo que debía sentarme con el para que hiciera escalas con el, y eso hice, bueno lo intenté.
Tenía cuatro compañeros muy simpáticos, Alberto, Dani, Elena y otro Alberto. Todos me acogieron como si me conocieran de toda la vida y todos me ayudaron mucho ya que yo era la nueva.
Ese mismo día, había un ensayo de la banda, me recogieron de la escuela Antonio y Jordi y nos fuimos al ensayo que era en un colegio cerrado. Ahí conocí a más gente y me sentí muy cómoda. Finalmente conocí a Abel y a Aitor, uno de trompeta y el otro de corneta. Ellos dos eran como hermanos y al conocerme me pidieron el instagram y Whatsapp para empezar a hablar, yo se lo di para hacer más amigos y desde ese momento quedábamos siempre los tres, ya que Abel tenía clase de trompeta primera después de mi clase y Aitor y yo le esperábamos fuera hasta que saliera.
Iban pasando los días y yo iba mejorando cada vez más, antes hacía la escala con parones y ahora seguido y al revés. Robert le dice a Juan que está muy orgulloso de mi, porque he mejorado un montón en tan solo un mes. Empecé con las partituras, en concreto "Reo de muerte", le dije esa porque en Semana Santa movíamos al cristo al son de esa marcha. Con la ayuda de Robert la empecé a tocar.
Dos días después empecé a tocar "Eterna Alizanza", una marcha preciosa y otra vez más, con la ayuda de Robert la toqué. Vino un amigo de Robert, Guille se llama, un muchacho muy simpático que nos va a dar a clases a partir de ahora. Con el toqué una pequeña partitura para aprenderme las posiciones de los dedos en los pistones de la trompeta. Al terminar, se quedó alucinado por lo bien que estaba tocando, me dijo que en un mes era increíble como tocaba, tampoco soy una máquina tocando pero para trompeta tercera está súper bien. Luego hubo un ensayo general al que acudí.
Al terminarlo nos fuimos Guille y yo en el coche de Juan, estuvimos hablando y le contó a Juan que yo ya estoy para tocar, que a Semana Santa llegaba si o si, y yo estaba súper emocionada ya que Robert y Guille le dijeron lo mismo a Juan y no me lo creía. Y aquí estoy, todas las tardes aprendiéndome partituras para avanzar más y más rápido.